Su origen está en los espectáculos que se hacían en el Renacimiento
Italiano, para entretener a la corte. Eran espectáculos que se hacían
durante las comidas y cenas y que incluían canciones, poesía y danza,
bailada por los propios cortesanos. Después se desarrolló en Francia.
“Le Ballet Comique de la Reine” fue el primer ballet completo que se
interpretó en París en 1581. Fue bailado por aristócratas amateurs en
los salones del palacio y como la mayor parte del público lo veía desde
las galerías superiores lo más importante eran las líneas y la
formación.
En 1661 el rey francés Luis XIV establece la Academie Royale de
Danse, la primera organización profesional de ballet. Los aristócratas
dejan de bailar y los espectáculos son interpretados por profesionales,
al principio sólo hombres (que bailaban con máscaras los papeles
femeninos) y luego también las mujeres. En el siglo XVIII la bailarina
francesa Marie Camargo y su rival Marie Sallé comienzan a acortar sus
faldas y a utilizar zapatos sin tacón para bailar e incluso utilizar
túnicas griegas.